Desayunamos muy bien en el Hotel.
Nos llevaron al aeropuerto Jorge Newbery y cogimos un avión hacia Iguazú.
Puente en las Cataratas Iguazú |
El vuelo duro 2 horas. En el aeropuerto nos recogió un guia y nos llevo al Hotel Amerian Iguazu. Av. Tres Fronteras 780. Alli estuvimos 2 noches.
Una preciosidad de hotel, con una piscina exterior fantástica y una interior que no estaba mal.
Cataratas de Iguazú |
El nombre de « Saltos de Santa María », con el tiempo fue reemplazado por su primitiva denominación guaraní Iguazú (antigua ortografía de Iguazú 'gran cantidad de agua', y guazú 'grande').
En 1902, el Ministerio del Interior de Argentina, encomendó al arquitecto paisajista Carlos Thays, realizar un estudio de las cataratas, que fue la base para la creación del parque nacional Iguazú, en 1934, que posee 67 620 hectáreas de selva.
Cataratas de Iguazú |
Una de las varias leyendas cuenta de la existencia de una serpiente gigante, "Mbói", la
cual vivía en el interior del río.
Para aplacar su ferocidad, los aborígenes sacrificaban a una dama una vez por año, arrojándola a las aguas como ofrenda para la bestia.
En una de esas ocasiones un valiente guaraní raptó a la doncella elegida, para salvarla del tradicional rito, escapando con ella en canoa por el río.
Cataratas de Iguazú |
Nos recogieron en el hotel y fuimos en autocar de excursión para visitar las Cataratas del lado Brasilero, entramos en el Parque Foz do Iguacu, y iniciamos el recorrido por las pasarelas pudiendo observar los diversos saltos de agua hasta llegar al mirador principal donde pudimos ver la famosa Garganta del Diablo.
La mayor cantidad de saltos estan en territorio argentino, pero para tener una visión panorámica es mejor desde el lado brasileño, especialmente por la mañana o a la hora de la puesta del sol en que la luz permite mejores fotografías .
Fue todo muy bien planificado. Justo llegar al hotel ya nos estaban esperando para salir hacia el lado brasileño de las cataratas. Durante el traslado comimos 2 bocatas que previsoramente habíamos comprado en el aeropuerto antes de embarcar.
El punto principal es cuando llegas a la Garganta del Diablo, allí el salto de las cataratas es espectacular, hace un estruendo increíble. Hay tanto vapor de agua que te quedas mojadísimo. Es fantástico poder ver esta maravilla de la naturaleza.
El restaurante estaba reservado para un gran grupo de americanos que hacían un ruido increible, así que nos cenamos unos sanwiches y una cerveza en la habitación.
Una de las impresionantes cascadas |
Fue todo muy bien planificado. Justo llegar al hotel ya nos estaban esperando para salir hacia el lado brasileño de las cataratas. Durante el traslado comimos 2 bocatas que previsoramente habíamos comprado en el aeropuerto antes de embarcar.
Las cataratas estan en el Parque Foz do Iguacu, allí transitas por un montón de pasarelas, caminamos durante 5,4 km. Ves unas vistas increíblemente fantásticas de las cataratas del lado argentino.
Toni y yo mojaditos como unos "pollitos" |
El punto principal es cuando llegas a la Garganta del Diablo, allí el salto de las cataratas es espectacular, hace un estruendo increíble. Hay tanto vapor de agua que te quedas mojadísimo. Es fantástico poder ver esta maravilla de la naturaleza.
Al regresar al hotel fuimos dando un paseo a Las 3 Fronteras.
Es el trifinio internacional situado en el cruce de fronteras entre Argentina, Brasil y Paraguay. Está bien el sitio. Es curioso. Llenísimo de gente y carísimo, nos pedían por una botella de agua casi 3 €. Preferimos esperar y comprarla en el hotel.
Las 3 fronteras |
Es el trifinio internacional situado en el cruce de fronteras entre Argentina, Brasil y Paraguay. Está bien el sitio. Es curioso. Llenísimo de gente y carísimo, nos pedían por una botella de agua casi 3 €. Preferimos esperar y comprarla en el hotel.
De vuelta al hotel pudimos bañarnos un mini ratito en la gran piscina exterior que estaba a punto de cerrar.
La mega piscina del hotel |
El restaurante estaba reservado para un gran grupo de americanos que hacían un ruido increible, así que nos cenamos unos sanwiches y una cerveza en la habitación.
La Garganta del Diablo |
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